viernes, 5 de octubre de 2012

Tema 2: Los Derechos Humanos para 5º de Primaria



Tema 2:
Los Derechos Humanos ¿ Qué son ?




JESUS Y LOS DERECHOS HUMANOS




La Declaración Universal de los Derechos Humanos cumplirá en pocos años casi dos tercios de siglo. Desde que el 10 de diciembre de 1948, en Asamblea General de las Naciones Unidas, se aprobara el Preámbulo y los treinta artículos que declaran el derecho del ser humano a vivir y ser tratado con misericordia, justicia e igualdad, la Carta Magna es, de hecho, una referencia social y universal de primer orden.

Al leerla y releerla siempre me ha venido a la mente la figura de Jesús. En sus artículos se escucha la voz del Maestro denunciando los abusos del poder, la desprotección del oprimido y la justicia como derecho espiritual y social de equidad y restauración. Los derechos que proclama la Declaración Universal son una trascripción actualizada de los postulados de Jesús ante la sociedad de aquel entonces. Aun más, la Carta de los Derechos Humanos hace referencias implícitas a la justicia y misericordia entre semejantes
¿No fue Jesús quién dijo “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados”? O quién también afirmó “Bienaventurados los misericordiosos, porque alcanzarán misericordia”?. O ¿”Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios”? (Mateo 5:1-11). ¿No fue Jesús quien perdonó pecados al tiempo que sanaba el cuerpo? (Mateo 9:1-7), o ¿no fue Jesús quien en lugar de culpar a la mujer que traían acusada de adulterio a punto de ser apedreada respondió: “ni yo te condeno, vete y no peques más”? (Juan 8:1-11).
La Carta de los Derechos Humanos apunta directamente a la dignidad del ser humano fuere cual fuere su condición social, religión, sexo, raza, color, cultura, idioma, opinión política…
El artículo 1 declara: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Esta frase, ¿nos recuerda el ministerio de Jesús? ¿Nos recuerda su vida y pensamiento?

El artículo 3 declara: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. ¿A quién nos recuerda?

El artículo 4 enuncia: “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas”. Dos mil años antes, Jesús ya habló sobre la liberación de la esclavitud social y espiritual: “De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:34-36).

Artículo 5:Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”. Siglos antes Jesús afirmó: “Amad, pues, a vuestros enemigos, haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (Lucas 6:35-36). Posteriormente diría: “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (Lucas 6:37-38)

Quien fue juzgado en proceso irregular, Jesús, fue quien dijo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34), mientras los artículos 6 al 12 de la Carta Universal de los Derechos Humanos declaran la necesidad de juicio justo, sin arbitrariedades y con presunción de inocencia. Pero fue Jesús quien a lo largo de su ministerio afirmó: “Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22:21), y enseñó justicia: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24).

Los artículos del 13 al 15 de la Carta Magna señalan el derecho a una nacionalidad, a circular libremente, fijar una residencia y a solicitar asilo, a lo cual Jesús, quien nació en un pesebre prestado (Lucas 2:12), emigró a Egipto (Mateo 2:14-15) y no tuvo donde reposar su cabeza (Juan 9:58), fue quien oró y enseñó a orar: “Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra” (Lucas 11:2). El Salvador dio carta de pertenencia al desprovisto y menospreciado
Jesús, ante la tentativa de los herodianos en cuanto a la pertenencia y el tributo, responde con claridad: “dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Mateo 22:21). Por su parte, el artículo 17 de la Carta Magna propugna que “toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad”.

Los artículos 18 a 20 manifiestan el derecho a la “liberad de pensamiento, de conciencia, de opinión, de expresión o de religión, ejerciéndola tanto en público como en privado, con derecho a la libertad de reunión y asociación pacíficas”. Jesús presenta una única verdad que va más allá de cualquier liberación humana, la libertad que realmente nos hace libres: Así que, si el Hijo os liberta, seréis verdaderamente libres” (Juan 8:36).

El artículo 16 defiende que “los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; disfrutando de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio”. Por su parte, Jesús preserva la familia como bien supremo de la humanidad y enseña éticamente sobre su adecuada función: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, “hombre y mujer los hizo”, y dijo: “Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó no lo separe el hombre” (Mateo 19:4-6).

El mismo artículo 16 de la Declaración Universal expone: “Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”. ¿No ha depositado Dios en la familia la esencia de la procreación, el desarrollo, la estabilidad, el abrigo y cooperación humana?
Asistir sin excluir. Socorrer sin reclamar. En materia de derechos divinos no podemos elegir a nuestro antojo, ignorando algunos mientras insistimos en otros. Amar justicia y hacer misericordia es ser y actuar con neutralidad e imparcialidad, aplicando el respeto y el amor no de manera selectiva ni relativa, sino aplicando en el prójimo la urgencia de piedad que nosotros también necesitamos




Aplicación en competencias:
Elabora un Power Point sobre uno o dos artículos de los derechos humanos y como Jesús sería un ejemplar precursor(defensor) de ellos

Marina Toste Hdez
Colegio Baldomero Bethencourt Francés


                                                                    5-10-2012





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